Salesianos en Málaga, 125 años

Publicado: 21/01/2019

José D. Farré Portales

Artículo de D. José Diego Farré, profesor del Colegio Salesiano «San Bartolomé», sobre el 125 aniversario de Salesianos Málaga y publicado en Diario Sur.


Monumento a D. Bosco en la plaza de Fuente Olletas

La presencia salesiana en Málaga cumple 125 años. Efemérides que la amplia familia salesiana malagueña cumple con emoción y alegría. Emoción por tanto vivido en circunstancias a veces muy difíciles y alegría al contemplar la floreciente realidad actual de la obra de los hijos de Don Bosco en Málaga. En estos 125 años la realidad social de nuestra ciudad ha cambiado mucho pero no por eso ha dejado de ser necesaria la aplicación del “método preventivo”, del que hablaremos más adelante, en una juventud desorientada que vive en un mundo confuso y cambiante.  

Les invito, queridos lectores a que echemos una mirada a la Málaga de 1.894. La ciudad (y su entorno), años antes floreciente e industriosa, está en plena decadencia. La filoxera, que ha hundido el comercio de vino y pasas, y una profunda crisis financiera e industrial mantienen a la ciudad bajo mínimos. Málaga había conocido días mejores. Cientos de familias, tanto en el campo como en la urbe, se veían  de la noche a la mañana en la más oscura miseria. Cientos de niños y de jóvenes vagaban por los arrabales malacitanos sin futuro ni formación alguna para poder salir adelante. Son las miserias del primer capitalismo que será un semillero de ideas revolucionarias, muchas de las cuales salpicarían de sangre a la ciudad, y a los salesianos malagueños durante la Guerra Civil.

Fachada del Colegio desde la esquina de la Iglesia

Cuando los hijos de Don Bosco llegan a la maltrecha Málaga sus ojos, ya acostumbrados a ver muchas miserias, pudieron, seguramente contemplar escenas muy tristes. Primero en el Oratorio desde 1894 y desde 1.897 en nuestro Colegio Salesiano de “San Bartolomé”, fueron recogiendo y acogiendo a cuantos niños y jóvenes desamparados les permitían sus pobres medios económicos, que irán a más gracias a las donaciones de quienes se dan cuenta del problema y de que los salesianos con su  “método preventivo” ofrecen soluciones reales y no utópicas. Estos primeros y heroicos salesianos salían por la mañana con un carrito y se traían en él a niños de la cárcel o que malvivían entre ruinas y escombros y estaban en tan mal estado de salud que no podían casi ni andar. Parece sacado de un folletín, pero las crónicas de la Casa Salesiana malagueña (que se salvaron de ser quemadas en la guerra gracias a las copias enviadas a la Casa Madre de Utrera) no mienten.

Y en las aulas y los talleres de nuestro colegio de “San Bartolomé” recibían una formación como personas, dignificando su vida, gracias al cariño y al trato humanizado (revolucionario en la pedagogía de su tiempo) que son la marca distintiva del “Método Preventivo en la Educación”, y una formación profesional que les permitía salir adelante y formar familia. Hay que dejar claro que la obra de Don Bosco no es simplemente una “obra pía” sufragada por la burguesía de su tiempo para acallar conciencias .Si fuera así  no hubiera sobrevivido al paso del tiempo. Se trata de una respuesta social y realista a un problema tan evidente como poco atendido. 

Taller de ajuste con el profesor y sus alumnos

En los 125 años de presencia en Málaga la aplicación del sistema educativo de Don Bosco no ha dejado de atender a los jóvenes en una labor a la vez profundamente evangelizadora y laboralmente formativa. Hoy los salesianos no tienen carrito para recoger niños abandonados, hambrientos y enfermos. No. Pero hay nuevas pobrezas, nuevas miserias y nuevos retos. Hemos mejorado mucho en lo material pero el alma juvenil sigue padeciendo  las  mismas lacras y quizás algunas nuevas provenientes de la desintegración de la vida familiar, el hundimiento de los criterios morales y el relativismo con el que los jóvenes encaran su vida. Los salesianos afrontan las “nuevas pobrezas” juveniles partiendo de una visión esperanzadora de la juventud. En nuestros centros creemos en los jóvenes y los hacemos protagonistas de su educación y su futuro.

En su Método Preventivo Don Bosco , situando  al educador como un tutor que baña al niño en una atmósfera permanente de alegría, para que  las almas infantiles y juveniles se dilaten, destierren el aburrimiento y para que nazca la confianza entre el alumno y el educador, crea un sistema educativo fascinante que sedujo a miles de personas en todo el mundo y que permitió el emerger triunfante y casi meteórico de la Sociedad Salesiana.

Fachada actual de Salesianos Málaga

Y es, pues, esta alegría educadora, este ganarse el corazón del alumno, el que permite eliminar los castigos físicos e ignominiosos, que Don Bosco repudia clara y tajantemente en su método: “Sin amor no puede haber confianza y sin confianza no puede haber educación”.

Es, por tanto, la educación salesiana un resultado del amor. Cuando el  alumno se siente en un ambiente familiar en el que es querido y aceptado como persona ( y pensemos en los primeros alumnos de los colegios salesianos: niños abandonados, desechos de la sociedad de su tiempo) se produce el milagro por el que el maestro tiene con seguridad en sus manos el corazón del alumno y puede con procedimientos suaves, sin choques ni sacudimientos, llevarlo hacia la cultura y la religión.

 

Y eso ha permitido a la Sociedad Salesiana estar activamente presente en más de 130 países a lo largo y ancho de nuestro atribulado planeta. Una suerte para nuestra ciudad el contar con una de estas presencias salesianas. Y los malagueños lo saben y por eso arropan a la obra de los hijos de Don Bosco, que cuentan con la Medalla de la Ciudad, con cariño y con lealtad. ¡Feliz 125 aniversario!

JOSÉ DIEGO FARRÉ PORTALES. Profesor del Colegio Salesiano.

PUBLICADO EN  DIARIO SUR. 20-1-19

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