Recordamos hoy a Santo Domingo Savio. Fue un alumno de san Juan Bosco, en el oratorio de san Francisco de Sales, que se propuso ser santo y murió tres semanas antes de cumplir los 15 años de edad, siendo uno de los santos no mártires más jóvenes de la Iglesia católica. En el día de hoy, nuestro director titular, D. Antonio Gil, nos dirige estas palabras
Querida familia.
Os animo a que no pase desapercibido el día de hoy. Que llegue el ‘recuerdo agradecido’ de nuestra casa salesiana a la figura de este adolescente extraordinario y que ayudemos a que sirva de estímulo en bien de nuestra gente joven. Mayo: María, Domingo, D. Bosco, el sastre del bello traje de la santidad de este genial chaval, muchos alicientes para seguir viviendo la vida con renovada esperanza especialmente en este tiempo aún de pandemia…, pero bello e intenso mes de mayo.
Antonio Gil Prieto
6 MAYO 2021: Santo Domingo Savio. Breve reseña de un jovencito extraordinario
Nació en Riva de Chieri (Italia) el 2 de abril de 1842. Era el mayor entre cinco hijos de Ángel Savio, un mecánico muy pobre, y de Brígida, una sencilla mujer que ayudaba a la economía familiar haciendo costuras para sus vecinas.
El día anterior a su primera confesión fue donde la mamá y le pidió perdón por todos los disgustos que le había proporcionado con sus defectos infantiles. El día de su primera comunión redactó el famoso propósito que dice: «Prefiero morir antes que pecar».
A los 12 años se encontró por primera vez con San Juan Bosco y le pidió que lo admitiera gratuitamente en el colegio que el santo tenía para niños pobres. Don Bosco para probar que tan buena memoria tenía le dio un libro y le dijo que se aprendiera un capítulo. Poco tiempo después llegó Domingo Savio y le recitó de memoria todo aquel capítulo. Y fue aceptado. Al recibir tan bella noticia le dijo a su gran educador: «Ud. será el sastre. Yo seré el paño. Y haremos un buen traje de santidad para obsequiárselo a Nuestro Señor». Esto se cumplió admirablemente.
Los compañeros se admiraban de verlo siempre tan alegre, tan amable, y tan servicial con todos. El repetía: «Nosotros demostramos la santidad, estando siempre alegres».
Con los mejores alumnos del colegio fundó una asociación llamada «Compañía de la Inmaculada» para animarse unos a otros a cumplir mejor sus deberes y a dedicarse con más fervor al apostolado. Y es curioso que de los 18 jóvenes con los cuales dos años después fundó San Juan Bosco la Comunidad Salesiana, 11 eran de la asociación fundada por Domingo Savio.
La madre de San Juan Bosco, mamá Margarita, le decía un día a su hijo: «Entre tus alumnos tienes muchos que son maravillosamente buenos. Pero ninguno iguala en virtud y en santidad a Domingo Savio. Nadie tan alegre y tan piadoso como él, y ninguno tan dispuesto siempre a ayudar a todos y en todo«.
El 9 de marzo de 1857, cuando estaba para cumplir los 15 años, y cursaba el grado 8º. de bachillerato, Domingo, después de confesarse y comulgar y recibir la Unción de los enfermos, sintió que se iba hacia la eternidad. Y a eso de las 9 de la noche exclamó: «Papá, papá, qué cosas tan hermosas veo» y con una sonrisa angelical expiró dulcemente.
Unos años después se le apareció a San Juan Bosco, rodeado de muchos jóvenes más que están en el cielo. Venía hermosísimo y lleno de alegría. Y le dijo: «Lo que más me consoló a la hora de la muerte fue la presencia de la Santísima Virgen María. Recomiéndele a todos que le recen mucho y con gran fervor«