El pasado jueves, nuestro patio volvió a demostrar que no es grande por su espacio, sino por su espíritu salesiano. En este caso no solo por la alegría, diversión, risas y felicidad de nuestros jóvenes, sino que también fue contagiada por la de sus familiares. Quedó reflejado, que nuestro patio salesiano tiene grandes semejanzas con el gran “Valdocco”.
El equipo docente de Educación Primaria preparó y organizó una total de 12 actividades, que familiares y niños/as tuvieron que superar con esfuerzo y muchísimo sudor.
Cada clase con sus alumnos, alumnas y su correspondiente familiar pasaban juntos por cada actividad. Lo bonito de compartir la experiencia entre jóvenes y adultos fue que la energía y vibra positiva que invadía el patio era contagiosa. La importancia de la tarde del jueves no era solo sudar, hacer deporte y pensar, también era el jugar, convivir, reír, festejar y muchos infinitivos más que se podrían añadir.
Estos momentos son necesarios para que nos paremos a pensar en la gran familia que formamos en la casa salesiana de Málaga.
Agradecer a todas las personas que hacen posible esto, en especial a las familias y organizadores que pasaron calor para poder disfrutar con sus niños y niñas y, que demostraron una vez más que la educación y disfrute de nuestros chavales depende de cada uno de nosotros.