Si nuestra historia no ha generado “apasionados por la vida” tendremos que repensarla. Vivir sin pasión es estar ausentes, soñar sin protagonistas, ignorar que a la noche le sigue el día… En el camino nacen las pasiones y los apasionados por la vida. Por eso este curso, “ABRIMOS CAMINOS”, vamos a hacernos expertos en los caminos de la vida. Abrimos caminos para crecer como personas, para fortalecer nuestras comunidades y para encontrarnos con el Dios de todos los caminos.
Abrimos caminos hacia dentro en un inesperado descubrimiento que crea sorpresas y regala alegrías. Este encuentro con uno mismo se ha de realizar teniendo por base el optimismo y la esperanza. Todo es posible en el regalo que se nos entrega cada día.
Abrimos caminos hacia los demás con el compromiso de construir fraternidad. Intuimos que este mundo desconcertante se decanta por favorecer tiempos, espacios y personas que nos ayuden a convivir como grupo, como Comunidad Educativa, como quien intuye que hay que seguir soñando…
Abrimos caminos hacia Dios compartiendo la experiencia de sentirnos llamados a vivir la gratuidad, a celebrar que somos queridos por Dios, a orar al Padre con todos los hermanos que caminan, unidos de la mano.
Señalamos que este triple panorama no es progresivo, ni está marcado por la acentuación de un aspecto sobre otro. Constituye un movimiento o eje transversal:
siempre, al mismo tiempo, consciente o inconscientemente, abrimos caminos hacia dentro, hacia los demás y hacia Dios. Cada gesto vital que realizamos se inserta en este triple modo de caminar.
Nos pasamos la vida entera buscando caminos, dibujando horizontes, ensayando posibilidades y soñando proyectos. Así, hasta que llega el día en que nos damos cuenta de que es el camino el que nos busca a nosotros. El camino no se inventa hay que descubrirlo; hay que experimentar que nosotros mismos somos el camino, que caminar es vivir, solo vivir. Y que la vida nos ofrece lo necesario para seguir el camino en el que Dios se nos da a conocer.
Si abrimos caminos, nos vendrá a la mente aquello de “yo soy el camino y la verdad y la vida” (Jn 14,6). Es hora de constatar que el camino, la verdad y la vida son la misma realidad, que el camino nos hace, que la verdad mora en el centro de la vida y que la vida es siempre camino. Ya decía la canción que “la meta es estar en camino”. El curso 2022-2023 nos llama a descubrir nuestra realidad de caminantes, de peregrinos. ABRIMOS CAMINOS, porque vivimos, porque la vida, en todas sus dimensiones, es un camino. ¡Siempre en camino!
Isidro Lozano