Cristo vive ¡Aleluya, aleluya! Feliz Pascua de Resurrección

Publicado: 21/04/2019

Antonio Gil, director

Querida Familia Salesiana. Hoy, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección, es el día en el que el todo el Cielo se estremece, en el que los ángeles bajaron al mundo y anunciaron que la luz gloriosa seguía viva y presente para iluminar nuestro camino de vida, los, a veces, oscuros recovecos de nuestro quehacer cotidiano. Jesús se ha levantado de entre las sombras y ha derrotado la oscuridad. Es un día de fiesta, de gozo; ahora es momento de abrazar esa salvación y abrazarnos entre nosotros deseándonos sentido pleno de vida, felicidad porque hoy triunfa el bien sobre el mal, la vida sobre la muerte. Sigamos viviendo y anunciando la buena noticia y rogando para que la luz nos ilumine a todos. Pascua es memorial, liberación, renovación, primicia, fraternidad, fuerza, belleza, triunfo, regalo, felicidad, exhibición pública de la victoria… abrazo definitivo.

Vivamos la NOTICIA con el estilo ilusionante de Don Bosco, siempre guiados, desde nuestro Santuario, con lo presencia estimulante de la Madre del Resucitado nuestra María Auxiliadora, sigamos unidos celebrando 125 años abrazando la vida, y los que van a seguir con vida abundante que el Resucitado hoy nos vuelve a regalar.

PASCUA FELIZ 2019: ¡ABRAZOS!

Antonio Gil

Director, Salesianos Málaga

¡Feliz Pascua de Resurrección!: Él nos llama a pasar de la oscuridad a la luz, del odio al amor, del egoísmo a la fraternidad

(ANS – Brasilia) – La fiesta principal cristiana celebra la Resurrección de Cristo: la victoria del Señor sobre la muerte nos llena de esperanza para una vida nueva. Por esta razón, esta celebración está rodeada de tradiciones y símbolos muy especiales. El domingo de Pascua los cristianos celebramos lo que está al centro de nuestra fe: ¡Jesucristo venció la muerte y Resucitó! Este es un mensaje de amor sin igual que nos llena de esperanza. A nosotros nos llama a pasar de la oscuridad a la luz, del odio al amor, del egoísmo a la fraternidad, del aislamiento a la comunidad, de la tristeza a la alegría.

Pero, ¿qué tiene que ver esta experiencia de la fiesta cristiana con los huevos de chocolate, el conejo de Pascua y el almuerzo familiar? Dejando de lado el consumismo, estos símbolos y tradiciones tienen significados.

Pésaj y Pascua. La palabra Pascua viene del hebreo «persach», que significa «pasaje, salto». En la celebración de la Pésaj, la «Pascua judía», los judíos conmemoran el fin de la esclavitud en Egipto y el «paso», conducido por Moisés, a la libertad de la Tierra Prometida. Es la fiesta de la alianza de Dios con los hijos de Israel, su pueblo. La Pascua cristiana celebra una nueva alianza, no solo con un pueblo elegido, sino con todos los que buscan la salvación. Es Jesucristo quien nos conduce a un nuevo «pasaje», de la esclavitud del pecado a la libertad de la vida.

El cordero. En la tradición judía, el cordero tiene un significado importante, como muestra el Antiguo Testamento. Cuando Faraón se niega a liberar a los hebreos, Dios envía siete plagas, la última de las cuales es la muerte del primogénito. Se salvan las familias que, amonestadas por Moisés, sacrifican un cordero (un animal sin defecto ni mancha) y marcan las puertas de las casas con su sangre. Jesucristo, que no tenía mancha ni pecado, fue sacrificado en la Cruz para nuestra salvación, y por lo tanto es identificado como el cordero de Dios.

El huevo. Este símbolo también se remonta a las tradiciones precristianas de la Pascua. El huevo simboliza el nacimiento y la nueva vida, así que en algunas civilizaciones antiguas, los huevos eran parte de la celebración de ese período. El cristianismo retomó esta tradición, teniendo el huevo como símbolo de la resurrección, del nacimiento a una nueva vida.

La Familia Salesiana está marcada por dos acontecimientos históricos: La primera fue que Don Bosco trasladó definitivamente su primer Oratorio a Casa Pinardi en la Pascua de 1846. La segunda fue la celebración de la canonización de Don Bosco (oficialmente declarado santo por la Iglesia Católica) en la Pascua del 1 de abril de 1934. Fue el único santo canonizado en un día de Pascua.

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